Cada día en esta tierra es un encuentro con el paraíso y el infierno. Cientos de niños nos reciben con sus risas y aplausos mientras sus padres nos cuentan historias de terror y muerte. Palestina es un lugar en el tiempo y no en el mapa, su geografía ensangrentada se distribuye por países e historias de dolor y dignidad. Donde Líbano se llama Siria y humanidad, Palestina
En Líbano sobreviven en un estado de segregación que les prohíbe desarrollarse como personas libres. Hoy hemos estado en un campo de refugiados de Beirut llamado Shatila donde 35000 almas viven hacinadas entre un bello cielo y una tierra de miseria y racismo. 500000 metros cuadrados de vergüenza en los que el mundo que se llama a sí mismo moderno mientras los condena al hambre y a la opresión.
Cientos de sirios y palestinosirios llegan cada día a este rincón del mundo buscando su salvación y sólo encuentran desidia y gueto en forma de campos de refugiados que no se apoyan desde 1948, cuando llegaron 6000 personas y hoy alcanzan las 400000. Sin embargo, casi 70 años más tarde de la Naqba, ellos y ellas siguen luchando por que la humanidad no se convierta en un lugar triste y oscuro.
No tienen agua potable, ni luz, ni trabajo, ni derechos civiles, pero tienen la fuerza de la verdad y del amor que despliegan incansablemente para que sus hijos e hijas puedan retornar a sus costas y sus olivos, a su tierra robada por la fuerza del sionismo y la opresión militar judía.
Ser payaso es abrazar la humanidad que se puede entrever en los ojos de un niño que ríe sin protocolo ni hoja de ruta, ser Pallaso en Rebeldía es acompañar los pasos firmes de los pueblos que luchan por la justicia y el amor.
Nos tiramos tartas de nata, subimos al cielo, burlamos la ley de la gravedad y, sobre todo, ponemos el pecho ante el opresor que abusa de su poder con nuestras gracias y estupideces. Porque sabemos que la vida no se palabrea sino se vive, que no se habla del amor sino enamorado, que no se teoriza de la libertad si no se es libre.
Eugenia, Guille, Abraham y Lokonuk no son más que nombres que representan con su sudor y vida lo que miles de payasos y gentes del circo hace siglos que practican: el bello arte de ser humano incluso en tiempo de guerra.
La próxima caravana será a Siria, donde el mal y la noche quieren borrar del mapa la palabra HUMANIDAD.
Iván Prado | Portavoz de Pallasos en Rebeldía